Palau Alpicat ha combinado a la perfección a lo largo de los años los dos principales atributos de su carácter empresarial: tradición e innovación. Una unión armónica que, desde los orígenes de la compañía hasta hoy, certifica la fiabilidad de sus soluciones para el sector de la construcción. Tras años de investigación y desarrollo bajo los más altos estándares de calidad, hoy por hoy, Palau Alpicat garantiza productos cerámicos de última generación avalados por las más importantes certificaciones y acreditaciones en España.
Palau inició su actividad en el sector de las cerámicas en 1875. Desde sus orígenes, la compañía ha crecido constantemente hasta llegar a contar en 1952 con dos plantas de producción, conformando un potente núcleo empresarial. Palau Alpicat ha desarrollado desde ese año soluciones constructivas de la mano de la tradición y la innovación. Un hecho que permitió a la compañía crecer en fábricas productivas: Palau Chiloeches (1962) y Palau Sariñena (1968). Fruto de esos esfuerzos son las inversiones de la compañía en los hornos túnel en 1982 y 1994, año en que se levanta la nave que alberga el segundo horno de cocción. En ese período destaca la internacionalización de la compañía, exportando a Estados Unidos, Francia, Japón, Emiratos Árabes, Cuba… Hoy, ambas fábricas se han puesto tecnológicamente al día año tras año, destacando las automatizaciones integrales realizadas en 2002 y 2007. Unas inversiones que superan los 2 millones de euros.
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